Los Salmos




Libro de los Salmos
Por Arturo Pérez
Introducción

El libro de los Salmos ha sido llamado el corazón de la Biblia. Expresa sentimientos producidos por el Espíritu de Cristo, ya sea en oración, en confesión de pecados o en la alabanza, en el alma de los siervos del Señor.

Si bien es cierto que el libro expone lo que sintieron los salmistas en lo más profundo de su alma, su lenguaje no sólo expresa lo que ellos experimentaron, sino que el Espíritu de Cristo que estaba en ellos (1Pe.1:10) los movió a escribir como tomando parte en las aflicciones, el dolor y los goces del pueblo de Dios en cada fase de la experiencia del pueblo, hasta el punto, que los Salmos no sólo relatan historias del pueblo sino que declaran profecía desde el rechazo del Mesías (Salmo 2; Hch.4:25-28) hasta los Aleluyas subsiguientes al establecimiento del Reino de Dios.

El libro de los Salmos consiste en una colección de poemas centrados en Dios, los cuales en su mayoría fueron escritos para ser cantados en la adoración del pueblo del Señor al reunirse en el templo. En nuestra humana opinión y entendimiento finito, pensamos que no había otra forma más excelente de escribir estos textos de adoración, súplica, confesión y alabanza a Dios que por medio de la poesía, porque como dijimos en un tema anterior donde introdujimos los libros poéticos, la poesía es el lenguaje del alma, y como el canto de alabanza formaba parte intrínseca de la vida religiosa de Israel, el poema lírico de los Salmos era idóneo porque la esencia del tipo de poesía lírica es una fiel expresión de las emociones internas y subjetivas del alma, y se le llama poesía lírica porque normalmente un tipo de canto para ser acompañado por instrumentos, como la lira. Dijo C.S. Lewis[1] que “los salmos son poemas, y poemas destinados a ser cantados, no tratados doctrinales, como tampoco sermones”. Sin embargo, un pequeño Salmo que es inspirado por el Señor, como Palabra de Dios que es, nos edifica y nos amonesta, nos hiere y nos cura, nos estremece y nos consuela, al igual que un tratado doctrinal o un sermón.

Veamos una síntesis de este libro para entender sus aspectos principales.

I- Síntesis del libro de los Salmos

A. Nombre

1. Nombre hebreo: tehillîm, que significa “alabanza”, “himnos” o “cánticos de alabanza”. Puesto que este libro termina en un gran clímax de “alaben al Señor” (hebreo, hallelu YAH), los israelitas le dieron este nombre de Tehilim, o cantos de alabanzas. Pero muchos de los salmos no son tehilim, sino tefilot esto es “oraciones”, como el caso de “Las oraciones de David, hijo de Isaí” en Sal.72:20).

2. Nombre actual:
 
  • “Salmos”, que viene de Psalmoi una palabra de la LXX que significa cánticos con acompañamiento de instrumentos de cuerda. Pero a su vez esta palabra es la traducción griega de la palabra hebrea “Mizmor” que significa “himno” o “canto para ser acompañado de instrumento de cuerda”, y titula a 57 de los 150 salmos.
  • “Salterio”, que viene de la palabra griega psalterion, se refería al nombre del instrumento de cuerdas que acompañaba a los cantos, y que la Septuaginta también introdujo. Ahora se emplea la palabra Salterio no tanto para hablar del instrumento, sino como sinónimo del “libro de los salmos”, o bien, “El Salterio”.
B. Autores, Fecha de escritura y Años que Cubre.

Autores
El texto de los Salmos no lo indica en todos los casos, excepto por el Salmo 72:20 que dice “Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Isaí.” Sin embargo, aunque el título que indica a veces el autor de cada salmos fue colocado posteriormente, es decir, no fue inspirado por el Espíritu santo, muchos de estos títulos estuvieron en las colecciones originales de los salmos hebreos y fueron traducidas como tal en la Septuaginta, de manera que tienen bastante credibilidad como evidencia histórica. De hecho, de los 150 Salmos, 100 de ellos mencionan a su autor.

En ese contexto, podemos mencionar algunos autores de los salmos, según se han identificado.

1. David. Al rey de Israel de cuya descendencia nace Jesús el Mesías, se le atribuyen 76 salmos, o sea, la mitad del libro. 
2. Asaf. Fue un director del coro en la época de David, que una vez es llamado “vidente” (2Cr.29:30). Era descendiente de Gersón (1Cr.6:39; 15:17,19; 16:5,7,37) y se le atribuyen 12 salmos (50 y del 73 al 83).
3. Los Hijos de Coré: Coré es mencionado como nieto de Coat y antepasado de un grupo de músicos sagrados “hijos de Coat”, y de ahí que él y sus hijos se dedicaron también al canto sagrado. A ellos se les atribuyen 12 salmos[2] (42 al 49; 84; 85; 87; 88). Ver 1Cr.6:22.
4. Salomón: Al rey Salomón, hijo de David, se le atribuye 2 salmos (72 y 127).
5. Etán ezraita. Era un sabio de la época de Salomón, conocido como el ‘ezraita’, de la línea de Judá, y es mencionado en 1Re.4:31 y en el tíotulo del salmo 89 del cual se le atribuye su autoría.
6. Moisés.Se le atribuye un salmo (90).
7. Hemán. Era un israelita de la tribu de Judá con una gran reputación de sabiduría; vivió durante el reinado de Salomón (1R.4:31; 1Cr.2:6) y se le atribuye  la composición de un salmo (88), que constituye una queja lastimera.

  • De todos estos autores, el único autor mencionado en el Nuevo Testamento como autor de los Salmos, es David.
  • Algunos críticos modernos han objetado la autoría de David con algunos argumentos:
    • La mención de términos como “templo” o “santuario” o “casa de Jehvoá” (Sal.5:7; 27:4-5; 28:2; 53:2; 68:29; 138:2) si en el tiempo de David no se había construido. Pero esos términos también son utilizados para referirse al tabernáculo:
      • 1Sam.1:9; 3:3 el tabernáculo es llamado “templo”.
      • Ex.28:43 el tabernáculo es llamado “santuario”.
      • Jos.6:24; Jue.18:31 es llamado “casa de Jehová”.
      • Concluimos que estas expresiones no implican necesariamente un edificio de madera o de piedra.
    • Otro argumento objetando la autoría de David es decir que la expresión “Salmo de David” significaría que el salmo estaba dedicado al ritual encabezado por “el david” o rey davídico del momento.
      • Sin embargo, sabemos que David era músico (1Sa.16:14) y poeta (2Sa.1:17; 3:33).
      • Y además la traducción más natural del hebreo no es que eran para un “rey davídico” sino que eran de David, de su autoría.
  • Aunque 100 Salmos han sido identificados por estos títulos o referencias, hay unos 50 salmos que no tienen identificación, o sea que son anónimos.
    • La Septuaginta atribuye algunos de esos Salmos a Jeremías, Hageo y Zacarías.
    • Y hay otros “anónimos” que sabemos que son de David por la referencia de otros libros de la Escritura (Por ejemplo: Sal.96 y 105 comparar con 1Cr.16:7-36; Sal. 2 y 95 comparar con Hech.4:25 y Heb.4:7).
Fecha de escritura y Años que cubre

Salmos es el libro que más tiempo tardó en escribirse, porque no consiste en un libro escrito por un solo autor en una sola época que se sentó a escribir de principio a fin. Más bien, el libro es una compilación de poemas líricos inspirados por el Espíritu Santo a través de distintos autores en diferentes momentos.

Probablemente el autor más antiguo es Moisés, a quien se le atribuye el Salmo 90 en el 1400 a.C. Y posiblemente el más reciente de los Salmos fueron el 137 y el 126 escritos durante o después de la cautividad.

El tiempo que transcurre desde Moisés hasta la cautividad es de casi 1000 años, desde el 1400 a.C. hasta alrededor del 500 a.C. A pesar del tiempo tan amplio y de la diversidad de autores, muestran una unidad de pensamiento: el Dios verdadero que se ha revelado por sus profetas desde Israel.
C. Tema central.

Debido a que el libro de los Salmos es una composición de distintos poemas líricos escritos (al menos) por 7 diferentes autores, no podemos establecer un solo tema central del libro bajo un mismo análisis lógico. El Espíritu Santo inspiró a estos hombres para registrar su relación devocional con Dios en sus oraciones, sus lamentos, sus goces, sus alabanzas a Dios. Así que aunque no podemos hablar de un tema principal que una los 150 salmos, al menos podemos ver al pueblo de Dios comunicándose con Él por medio de la alabanza. Hay un rasgo distintivo en el libro y es el carácter devocional del libro expresando su oración, confesión y alabanza por medio de cánticos espirituales.

En resumen, el libro de los Salmos es un compendio de poemas líricos que muestran al creyente conversando con Dios mediante la oración y la alabanza.

Podemos escoger el Salmo 33:1-4 como un texto “típico” de los Salmos: “Alegraos, oh justos, en Jehová; en los íntegros es hermosa la alabanza. Aclamad a Jehová con arpa; cantadle con decacordio. Cantadle cántico nuevo; Hacedlo bien, tañendo con júbilo. Porque recta es la palabra de Jehová, y toda su obra es hecha con fidelidad”.

  • Palabras claves:
    • Alabanza (alabar o aleluya): 176 veces.
    • Bendito, bendecir o bendición: 92 veces.
D. Importancia del libro de los Salmos.

1- Era el himnario (el salterio) del pueblo de Dios tanto del AT como del NT del cual podemos aprender el espíritu de una adecuada oración y una correcta alabanza. Estos poemas líricos fueron compuestos en distintas épocas para ser cantados y acompañados por instrumentos musicales. Las Escrituras hacen referencia a algunos instrumentos utilizados para diversas actividades religiosas y sociales, los cuales podemos clasificar en Cuerdas, Vientos y Percusión. Por ejemplo:

Cuerdas: Arpa (Gn.4:21; 1Cr.25:3; Sal.33:2; 43:4); Lira[3]; Decacordio[4] (Sal.92:3; 150:3b); Salterio (Sal.57:8; 71:22; 81:2); Cítara (Job 21:12)
Viento: Bocina o cuerno (Jos.6:4; Sal.98:6; Sal.150:3); Gaita o Zampoña (Dan.3:5); flauta (Gen.4:21; 1Sa.10:5; 30:29; Am.6:5); trompeta (1Sa.15:28; 16:6; 2Sa.6:15; Sal.98:6)
Percusión: Címbalos[5] (2Sa.6:5; Sal.150:5); Sistra o castañuelas[6] (2Sa.6:5); Panderos (1Sa.10:5).

  • Muchos de los salmos eran utilizados en la adoración del tabernáculo y posteriormente del templo de Jerusalén (1Cr.15:16-24).

  • Los salmos sirvieron de fuente de inspiración para la adoración de la Iglesia. Como no existía la imprenta, no habían himnarios impresos en las congregaciones, así que los Salmos eran memorizados y cantados.

·        Pablo y Silas alababan a Dios con salmos en la prisión a media noche.
·        Pablo exhortó a los creyentes de Efeso y Colosas a enseñar y a amonestarse unos a otros con salmos (Ef.5:19; Col.3:16).
·        El Salmo 4 fue la explosión de gozo de Agustín cuando se convirtió; el Salmo 32 fue su consolación en el lecho de muerte.
·        Los Salmos fueron el consuelo de Crisóstomo.
·        Entonando un salmo, los mártires Juan Huss y Jerónimo de Praga entregaron sus vidas a las llamas de la hoguera.
·        Entonando el Salmo 46, Lutero entró en Worms y valientemente desafió al papa y los cardenales.
·        Como dice Benson, “no podemos cantar los Salmos sin que nuestros corazones se ensanchen, nuestros afectos se purifiquen y nuestros pensamientos busquen el cielo”.[7]
·        En este contexto, los Salmos son una buena guía devocional para el creyente, un buen repertorio donde aprendemos un lenguaje divinamente aprobado para oraciones y acciones de gracias. Todo hombre, cual fuere su situación, hallará sentimientos aplicables a su caso, expresados en un lenguaje espiritual adecuado.
2- Muestra la Naturaleza de Dios de manera especial. Ningún otro libro del AT enseña tanto acerca de Dios. El bosquejo teológico de los Salmos incluye:
  • Su omnipotencia (107:25-29)
  • Su omnisciencia (147:4, 5)
  • Su omnipresencia (139:7-12)
  • Su santidad (99:9)
  • Su justicia (11:4-7)
  • Su rectitud (145:7)
  • Su misericordia (86:15)
  • Su fidelidad (119:90)
3- Muestra la Creación de Dios como ejemplo de Su grandeza. Solo Job sobrepasa a los Salmos en la teología natural: el salmista se vale de la naturaleza para mostrar a Dios como maravilloso y poderoso creador, proveedor, y protector. Muchas escenas de la naturaleza se pintan de mano maestra, como la tormenta marina (Sal.107:25-30), los cuadros pastorales (Sal.65:5-13 y 104:8); el cielo estrellado (Sal.8 y 19:1-6).

4- Exalta la Palabra de Dios. Ningún otro libro de la Biblia magnifica tanto la Palabra de Dios. Presenta una manera apropiada de adoración verdadera.
  • Hacen más referencia a la Palabra de Dios que cualquier otro libro del AT. El Salmo 119, que es el más largo con 176 versículos, ocupa 174 de sus 176 versículos para hacer una referencia a la Palabra del Señor.
  • Los salmos son citados más que cualquier otro libro en el NT. Unas 70 citas, que constituyen el 25% de las citas del AT en el NT.
  • Los salmos expresan también los grandes propósitos y lecciones de la ley mosaica.

5- Muestra la experiencia del hombre piadoso con sus luchas y victorias; y también del hombre impío con sus derrotas y su ruina.

E. Bosquejo o Agrupaciones de los Salmos.

El libro de los salmos está dividido en cinco libros cada uno terminando en una doxología. El último libro tiene termina con el Salmo 150 como doxología final.

  • Libro I: Salmos 1 – 41
  • Libro II: Salmos 42 – 72;
  • Libro III: Salmos 73 – 89
  • Libro IV: Salmos 90 – 106
  • Libro V: Salmos 107 – 150
Pero como no se trata de un libro que tiene una prosa con un tema definido de principio a fin, sino que más bien se trata de un conjunto de poemas líricos, se han propuestas diversas agrupaciones o clasificaciones de los salmos. Por ejemplo: Por autor (los coreítas del 42 – 49; los de Asaf del 73 – 83); o por otras clasificaciones, por ejemplo, Cánticos graduales (120 – 134) que los peregrinos cantaban al dirigirse Jerusalén a las grandes fiestas.

Veamos algunos grupos o clasificaciones propuestos:

1. Por la División Hebrea
  • Libro I: Salmos 1 – 41; Salmos de David (37).
    • Se dice que el Salmo 1 fue colocado como introducción del libro completo.
    • Con excepeción del Sal.1; 2; 10; y 33 que son anónimos, los 37 restantes se consideran autoría de David.
    • Tema destacado: Conflicto de David con Saúl.
    • Contenido: Lamentos individuales; mucha mención de enemigos.
  • Libro II: Salmos 42 – 72; Salmos devocionales
    • Los 8 primeros de estos 31 salmos son una serie de cánticos de los hijos de Coré.
    • El Sal.50, de Asaf, forma una transición con un grupo de 20 salmos atribuidos a David.
    • El segundo libro termina con un salmo anónimo (71) y un cántico de Salomón (72).
    • En esta colección, Dios recibe el nombre de Elohim que significa en hebreo “Dios”. Algunos clasifican los salmos “elohistas”.
    • Tema destacado: Reinado de David
    • Contenido: Lamentos y enemigos.
    • Salmos clave: 45, 48, 51; 54-64.
  • Libro III: Salmos 73 – 89; Salmos litúrgicos
    • Este grupo contiene 17 salmos. Los 11 primeros son atribuidos a Asaf; 4 a los hijos de Coré, uno a David y uno a Etán.
    • Estos salmos fueron recogidos después de la destrucción de Jerusalén y del incendio del templo (Sal.74:3-8; 79:1)
    • Tema destacado: La crisis de Asiria del siglo 8 a.C.
    • Contenido: Colección de Asaf y los hijos de Coré.
    • Salmo clave: 78. 
    •  
  • Libro IV: Salmos 90 – 106; Salmos anónimos
    • También tiene 17 salmos.
    • El primero (90) es atribuido a Moisés.
    • Del 101 al 103 son de David.
    • El resto es anónimo.
    • Tema destacado: Introspección por la destrucción del templo y el exilio.
    • Contenido: Colección de alabanza (95-100).
    • Salmos clave: 90, 103-105.
  • Libro V: Salmos 107 – 150; Salmos post-exílicos
    • Contiene 28 salmos anónimos.
    • 15 Salmos de David.
    • 1 Salmo de Salomón.
    • Esta quinta colección fue reunida tardíamente ya que algunos de estos salmos se refieren al cautiverio: Sal.126; 137.
    • Tema destacado: Alabanza y reflexión a la vuelta del exilio y el inicio de una nueva era.
    • Contenido: Colección del Aleluya (111-117); Cántico gradual (120-134); Alabanza de David (138-145).
    • Salmos clave: 107, 110, 119.

2. Por Temas
  • Confianza: 11, 16, 23, 27, 34, 56, 57, 62, 71, 139
  • Consuelo: 37, 42, 43, 46, 77, 91, 94, 97, 116
  • Historia: 78, 83, 105, 106, 114, 135, 136, 137
  • Imprecación: 3, 5, 7, 10, 35, 36, 52, 58, 64, 69, 109
  • Vida: 39, 49, 90, 102, 103, 144
  • Misiones: 2, 50, 72, 96, 97, 98, 115
  • Naturaleza: 8, 29, 65, 104, 147, 148
  • Acción de gracias: 75, 92, 100, 118, 136, 146
  • Peregrinación: 120 – 134
  • Patriotismo: 33, 68, 74, 76, 87, 144
  • Arrepentimiento: 6, 32, 38, 51, 88, 130
  • Petición: 4, 13, 17, 25, 28, 54, 55, 61, 86, 141
  • Alabanza: 9, 18, 30, 40, 47, 66, 95, 107, 138, 149, 150
  • Preceptos: 1, 12, 19, 33, 119
  • Profecía:
    • Cristo (Salmos mesiánicos):
      • Humillación: 22, 31, 41, 69
      • Coronación: 8, 16, 24, 45, 46, 47, 110
      • Reino: 9, 67, 72, 89, 93, 132, 145
    • Israel: 14, 44, 60, 80, 85
    • Jerusalén: 48, 79, 87, 102, 122, 126.
  • Lecturas selectas: Salmos 1, 2, 8, 16, 22-24, 27, 39, 41, 45, 46.

3. Clasificación por los rasgos más comunes:

A partir de los temas anteriormente mencionados, podríamos destacar cinco grupos principales que envuelven los demás:

  • Salmos de Alabanza y Acción de Gracias. (66, 67, 113, 116, 136)
  • Salmos Penitenciales o de Arrepentimiento. (32, 51)
  • Salmos Históricos (78, 105, 106)
  • Salmos Proféticos (especialmente los mesiánicos). (2, 22, 45, 72, 110)
  • Salmos imprecatorios. (5, 7:13; 35; 69; 109)
¿Qué son los salmos mesiánicos?

Salmos mesiánicos son aquellos que contienen profecía acerca de la vida, y el ministerio de Cristo.
  • El principio de la doble referencia: El Espíritu Santo toma situaciones o personas del tiempo del salmista y los aplica a Cristo en los asuntos del reino. Probablemente los autores no se percataban de ello (1Pe.1:10). El Señor Jesucristo reveló a sus discípulos después de la resurrección lo que toda la Escritura decía de El incluyendo los Salmos (Luc.24:44). 
  •  
  • Ejemplos de Salmos mesiánicos:
    • Sal. 2. Rebelión de las naciones contra la ley y autoridad del Señor.
    • Sal. 8. Nacimiento terrenal, resurrección, ascensión, exaltación de la deidad de Dios.
    • Sal. 16:10 (comp. Hch.2:25-32; 13:34-37); sobre la resurrección.
    • Sal. 22:1,7,8,12. Representación gráfica de muerte por crucifixión (los judíos no crucificaban, sino que apedreaban, esto muestra la inspiración profética).
    • Sal. 40:6-10 (comp. Heb.10:5-10); venida y misión del Señor.
    • Sal. 41:9 (comp. Jn.13:18); Traición contra Cristo. David pensaba en Ahitofel.
    • Sal. 45:6-7 (comp. Heb.1:8-9).
    • Sal. 68:18 (comp. Ef.4:8);
    • Sal. 69:4,8-9;
    • Sal. 89:3-4 (comp. Hech.2:30); El Mesías vendría del linaje de David.
    • Sal. 102:25-27 (comp. Heb.1:10-12)
    • Sal. 109:8 (comp. Hch.1:20); Judas el traidor.
    • Sal. 110. La realeza sacerdotal del Cristo.
    • Sal. 118:19-23 (comp. Mat.21:9, 42). Rechazo del Mesías por parte de los judíos.
    • Sal. 132:11 (comp. Hch.2:30). El Mesías vendría del linaje real de David.
¿Qué son salmos imprecatorios?
La palabra viene del latín in que significa “contra” y precari que significa “rogar”. Son salmos que contienen súplicas a Dios para que descargue su ira sobre los enemigos del salmista.
Ejemplos: Sal. 5:10; 7:6; 35; 58; 59; 69; 94; 109.

El problema. Para algunos creyentes los salmos imprecatorios lucen contradictorios con la actitud cristiana de amar a los enemigos Mt.5:44.

La explicación incorrecta. Algunos tratan de justificar este sentimiento del salmista basado en una falta de conocimiento bíblico por la revelación progresiva. Sin embargo, la revelación progresiva no se basa en ir progresando del error a la verdad, sino de lo parcial y oscuro hacia lo completo y claro.

La explicación correcta acerca de los salmos imprecatorios.

  • Los salmos imprecatorios representan un avance sobre el castigo legal y justo que Dios estableció (Ex.21:23-25).
  • Son oraciones hechas por hombres acosados por enemigos implacables que se oponían a la justicia. No se trataba de venganza personal la cual no era aceptada (Ex.23:4,5; Lv.19:17,18; Job 31:20-30; Sal..35:12-14; Pr.25:21,22).
  • David mismo oraba a Dios por sus enemigos (Sal.109:4-5).
  • Debe distinguirse entre un espíritu vengativo y el deseo de que el honor de Dios sea vindicado. Sal.79:6-13; Sal.58:10-11; 59:11-13. Es decir, que debe haber una motivación correcta (Sal.139:21-22)
  • De acuerdo a Deut.32:35 y Ro.12:19 la venganza es del Señor. El salmista se estaba refugiando en el Señor. Todos estos salmos son oraciones para que Dios actúe con su justicia y no hay indicación de que los enemigos hayan sido agraviados de palabra o de hecho por el salmista.
  • En el NT se encuentran expresiones similares (Gal.1:8-9; 5:12; 1Co.16:22; Ap.6:10; 18:4-20; 19:1-6).
  • El salmo imprecatorio es una visión realista. Quizás oramos como dice el Sal.143:11 “Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás; por tu justicia sacarás mi alma de la angustia.” Pero no mencionamos lo que sigue diciendo el salmista en el versículo 12 “Y por tu misericordia disiparás a mis enemigos, y destruirás a todos los adversarios de mi alma, porque yo soy tu siervo.” Decimos que esto es realista, porque los adversarios de nuestras alma son todos aquellos que se oponen a la Palabra de Dios y predican la mentira y viven la impiedad. Cuando oramos “venga tu reino” estamos pidiendo implícitamente dentro de la segunda venida de Cristo el juicio de 2Tes.1:8 “en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo”. Dijo alguien “la victoria de Dios no puede ocurrir sin el aplastamiento del mal. Es un sentimentalismo absurdo querer lo uno sin lo otro”.
F. Detalles Técnicos de los Salmos.[8]

1. El Título de los Salmos.

Más de 100 Salmos llevan ciertos títulos, que si bien no forman parte del texto inspirado por el Espíritu Santo, también es cierto que fueron escritos desde el momento de la compilación de los salmos en el Salterio de Israel.

El propósito de estos títulos es:
  • Indicar algunas direcciones a los músicos en la manera de ejecutar la música.
  • Indicar en algunos casos el nombre del autor del salmo o del instrumento musical acompañante.
  • El estilo de la música o poesía; esto es, el ritmo que rige el fraseo y entonación de las palabras en cada caso.
  • El tema y ocasión histórica.
2. Tipos de Salmos.

a) Mizmōr (Salmo). Significa una canción interpretada con acompañamiento de algún instrumento musical. Ej. Salmos 3; 4; 5; 6, entro otros.

b) Shîr (Canción o cántico). No hace referencia a instrumentos musicales. Parecen ser canciones para ser cantadas sin instrumentos. Ej. Salmos 48; 65; 66; 120, entre otros.

c) Maskîl o “poema didáctico”, o “poema contemplativo”. Ej. Sal.52; 53; 54 y 55, entre otros.

d) Mikhtãm. No hay una conclusión al respecto del término. Se deriva de una raíz que significa “cubrir”. Podría significar una canción para cargar o expiar un pecado. El hebreo posterior le dio a esta palabra el significado de epigrama o grabado, como si se refiriera a una composición para registrar pensamientos memorables o elocuentes refranes. Ej. Salmos 16; 56 y 57, entre otros.

e) Tepillah (oración). Era una oración a Dios que podía ser cantada. Cinco salmos llevan este título: Sal.17; 86; 90; 102; 142.

f) Tehillah (Salmo de Alabanza). Significa canción de alabanza. Se encuentra en los títulos de cinco salmos. Ejemplo: Sal.100 y 145, entre otros. Notemos que el plural de Tehillah es Tehillim, que sirve de título hebreo para todo el libro de los salmos.

g) Shiggãyôn. No hay una seguridad de su significado, ya que sólo ocurre en el Salmo 7 (y en el salmo de Habacuc 3). Algunos sugieren que significa una “canción irregular o errante”. Otros creen que significa “endecha”.

3. Términos Musicales.

a) Al músico principal o al director del coro de la música. (Ver 1Cr.15:21-22). Ejemplos: Salmos 5; 6; 8; 9; entre otros. Se ha sugerido que este término fue anexado a los salmos que fueron incluidos en una antología especial confeccionada por el director del coro del templo para conveniencia de los cantores, en lugar de incluir la totalidad del grupo de 150 en un repertorio ordinario de sus grupos corales. Así se denominan 55 salmos.

b) Neginot. Significa instrumentos de cuerdas o canciones para ser cantadas con acompañamientos de instrumentos de cuerdas. Ejemplos: Salmos 4; 6; 54; y 55.

c) Nehilot. Significa instrumento de viento o “flautas”. (Sal.5).

d) Seminit. Puede significar un instrumento de ocho cuerdas o un arreglo en ocho partes; o puede significar una octava más baja que la soprano. Salmos 6 y 12, entre otros.

e) Alamot o “doncellas”. Puede significar que debe ser cantado por sopranos o en una escala de tonos altos. Ejemplo, Salmos 46.

f) Mahalat. Significa “enfermedad” o “pesadumbre” y de ahí se infiere que puede ser un salmo de lamentación. Ejemplos, Salmos 53 y 88.

4. Otros indicadores de la melodía en los Salmos.

Dice Archer: “Algunas de las palabras enigmáticas que aparecen en los títulos de los salmos pueden indicar, ya sea la ocasión en que se compuso originalmente el salmo o, más probablemente, las palabras iniciales de una bien conocida melodía, de acuerdo con la melodía con la cual debía cantarse el salmo (de la misma manera como pudiéramos decir: “Cantemos este himno con la tonada de ‘Firmes y Adelante’”)”.[9]

Por ejemplo:

  • Salmo 9 - ’al mût lab-bēn. En el  Salmo 9 esto puede indicar una bien conocida canción que empieza con las palabras La muerte de un hijo (la proposición ’al se traduce “de acuerdo con”).
  • Salmo 22’al ayyelet haŝ-ŝahar significa “según la cierva de la mañana”.
  • Salmos 45, 60 y 69 -  Sūšãn o ’el šōšannîm se refería al lirio y tal vez significa “a los lirios”.
  • Salmos 57 y 58 – ’al tašhēt parece indicar “no destruyas” o “no corrompas”. Aparentemente una bien conocida canción comenzaba con esas palabras, y había que cantar en estos casos con esa melodía (Salmos 57, 58, 59, 75).
  • Salmos 56 – ’al Yônat ’ēlem rehōqîm aparentemente significa “sobre La paloma silenciosa”.
  • Selah. Este es un término que no figura en los títulos de los salmos sino en medio de algunos versos, y es un término de dudoso significado. Se han sugerido diversas explicaciones. La más plausible es que el término deriva de la raíz sãlal que significa elevar. La Septuaginta lo traduce diapsalma, que significa “interludio musical”. Selah, por lo tanto, no es una palabra para ser leída en voz alta, sino simplemente un llamado de atención al recitador para que en este punto haga una pausa y permita un acorde del acompañamiento musical; o también pudiera ser una indicación para que eleve la voz a un tono más intenso, o tal vez para que eleve su corazón en una piadosa contemplación o meditación. Ejemplos: Sal. 3:2, 4, 8; 4:2, 4; 7:5.
III. Lecciones Aprendidas.

Al considerar el libro de los Salmos, no sabemos por donde escoger nuestras lecciones espirituales ya que son muchas. Al menos, vamos a mencionar, las que consideramos más destacables para nuestro contexto.

A. Al considerar la extensión del libro de los salmos aprendemos que la oración, la alabanza y la adoración son elementos imprescindibles en la vida del creyente y una muestra de que existe vida espiritual.
  • Si Dios ocupa tanto espacio en su palabra para plasmar los Salmos podemos deducir que para él esto es importante. ¿Qué tan importante es para nosotros orar, alabar y adorar?
    • ¿Qué tanto tú oras y derramas tu alma delante del Señor? (Sal.5)
    • ¿Qué tanto tú escoges escuchar música que alabe al Señor para mantenerte en un espíritu de alabanza a tu Dios? (Sal.34:1)
    • ¿Qué tan frecuentemente derramas tu corazón al Señor en adoración secreta? (Sal.51:6-8;
    • ¿Qué tan fervorosa es tu adoración pública? (Sal.22:22, 25; 35:18; 40:9-10; 57:7-9)

B. Guardemos una dieta balanceada con los Salmos. Leamos las Escrituras, y leamos los Salmos. Debemos ser balanceados. A pesar de la belleza y la inspiración del Espíritu de Dios del libro de los Salmos, debemos recordar que “toda la Escritura es inspirada por Dios”, y que para adorar a Dios de manera completa debemos conocer todo el consejo de Dios. Notemos que hay salmos, hay himnos y cánticos fuera del libro de los Salmos, en el Pentatéuco, en los Históricos y en los Profetas. Así también el Nuevo Testamento registró algunos himnos en las epístolas de Pablo porque los 150 Salmos no contienen la totalidad de la revelación de Dios. Al contemplar la majestad de Jesucristo en Apocalipsis, y el poder de su resurrección en los Evangelios, debemos procurar tener una dieta balanceada, que incluya los Salmos, pero que no sea estrictamente de los Salmos.

C. Debemos procurar el espíritu de los Salmos en nuestra adoración pública. No nos referimos a la forma, porque no sabemos qué tipo de música tenían los salmos (no se dejó escrito una notación musical y no sabemos cómo sonaban), pero tenemos la letra inspirada por Dios mismo, que refleja el carácter santo del Señor. En ese sentido, aprendemos de los salmos para nuestra adoración pública como iglesia:
  • Que la letra de nuestros himnos debe tener un lenguaje similar al de los salmos. No una prosa insípida, sino una poesía teológica.
  • Que la música refleje en su lenguaje acústico el carácter sobrio y solemne, aunque gozoso y jubiloso de la letra que estamos cantando.
  • Que debe ser una fiesta solemne; con sumo gozo, y también con sumo respeto porque estamos adorando al único Dios infinitamente santo, justo, perfecto y soberano.
  • Que debe haber un balance en nuestros cánticos espirituales en cuanto a los temas que cantamos. El 60% de los Salmos están dirigidos a la contemplación y adoración de los atributos de Dios; y el 40% de ellos están más concentrados en la experiencia del Salmista. Debemos guardarnos de que nuestra adoración no esté centrada en nosotros mismos, sino más bien, en Dios, aunque expresemos el sentir de nuestra carne y nuestro espíritu por el gozo que el Señor derrama en el creyente.

Nota al margen: Con respecto a estos temas, es interesante que el pastor Peter Master[10] realizó un estudio en los Salmos llegando a la conclusión de que el 60% de ellos están concentrados en aspectos objetivos a la persona de Dios (sus atributos, etc.) mientras que el restante 40% están escritos considerando aspectos personales y subjetivos del salmista (cómo se sentía, etc.).

Tipo de Salmo
Enfoque Objetivo en Dios
Enfoque subjetivo personal
Salmos de Alabanza, acciones de gracia, afirmación o reflexión
70 salmos (47%)
18 salmos (12%)
Salmo haciendo Peticiones
21 salmos (14%)
41 salmos (27%)
Totales
91 salmos (61%)
59 salmos (39%)

La enseñanza que derivamos de esta tabla es que hay más peso en la alabanza o en las peticiones a Dios basado en lo que El es, aunque no debemos olvidar que como seres humanos la Escritura da lugar a que cantemos nuestras manifestaciones personales al Señor. Lo que debemos procurar es no caer en extremos, sino observar este mismo balance temático de lo salmos.

En ese contexto, cuando tengamos que escoger los himnos de alabanza, no debemos olvidar que a quien le cantamos es al Señor, no a nosotros. Pero también debemos ser sensibles al momento que nuestra congregación está viviendo, si hay un problema particular que afecta la nación, o si hay enfermedad o muerte a nuestro alrededor, o si hay desaliento, o si hay temor, o si hay gozo. Dios utiliza la música para impactar nuestra mente y corazón, para exhortarnos y para enseñarnos como dice Colosenses 3:16, así que debemos hacer un buen uso de este balance.




[1] Reflections on the Psalms, 1958, p.2.
[2] Aunque el Salmo 43 aparece como “anónimo” porque no especifica el autor, se cree que realmente era parte del Salmo 42 al cual sin duda se le atribuye la autoría a los hijos de Coré. Por eso incluimos tanto el 42 como el 43 dentro de la lista de los hijos de Coré.
[3] Como la lira es un tipo de arpa, hay traducciones como la Reina-Valera en las que no aparece la palabra lira sino arpa, pero en la versión de Las Américas aparece esta palabra, por ejemplo: Is.5:12; 23:16 ; Sal.33:2 y muchos otros salmos).
[4] Decacordio es un arpa de 10 cuerdas.
[5] El Címbalo (gr.kimbalon 1Co.13:1) es un instrumento musical (2Sa. 6:5; 1Cr.16:5). El término hebreo viene de la raíz verbal salal que significa retiñir o resonar. Se compone de dos cóncavos de bronce (1Cr.15:19) que se golpeaban uno contra el otro. No produce melodía, sino que debían usarse como acompañamiento para otros instrumentos.
[6] Como los instrumentos mencionados en la Biblia son tan antiguos y desconocidos para nosotros en Occidente, muchas de las traducciones no son exactas. El texto de 2Sa.6:5 habla de varios instrumentos, entre los cuales está el “sistrum” que la Biblia de Las Américas traduce como “castañuelas”. El sistrum era un tipo de cascabel con discos de metales unidos por un marco de cuerdas, y este instrumento era utilizado por los sacerdotes egipcios como símbolo de poder. (Dato del Sistrum tomado de Max Wade-Matthews & Wendy Thompson. The Enciclopedia of Music. Hermes House, London, 2003, pág. 16)
[7] Benson. Poesía y profecía del Antiguo Testamento. Editorial Caribe; Miami, FL, USA, 1971, p.30.
[8] Esta parte técnica está referenciada en el libro: Archer, Gleason L. Reseña Crítica de una Introducción al Antiguo Testamento. Editorial Portavoz; Grand Rapids, Michigan, US;

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